Me siento sola en un rincón
y trato de ser fuerte,
me siento tan chiquita
como mi corazón algunas veces.
No, el dolor no lo ha roto
pero si lo ha dañado; tiene miedo y tiembla,
está muy asustado.
Quiere salirse de mi pecho
como si fuera una prisión,
llorar ya no lo calma,
hace mucho que dejó de ser una solución;
solo es un desahogo momentáneo
en eso se convirtió.
Respiro y limpio mi cara,
tratando de recomponerme
respiró muy profundo, pero lloró nuevamente.
Seco mis lágrimas tratando de ocultar mi dolor,
trato de que no me duela
en verdad, lo intento.
Trato de fluir con la vida
pero la vida no es un río tranquilo;
es un océano aterrador.
No se si la culpa es mía, o si el problema soy yo
se supone que trato de ser un mejor ser humano pero, las cosas no van mejor.
Me abrazo a mi misma para sentir un poco de calma, un poquito de calor,
para que no se apague la llama,
para fingir que tengo amor.
Es duro estar en un lugar vacío,
pero a la vez lleno de rencor.
Es difícil manejar la tristeza;
ignorarla nunca me sirvio
es difícil ignorarse a uno mismo
cuando eres todo lo que quedó.
Te tienes a ti mismo tratando de no perderte
en un mundo tan oscuro, que a veces no puedes ni verte.
Me siento cansada y vacía,
solo quedan lágrimas y gritos ahogados de dolor, solo quedo yo,
una vez más en mi cuarto llena de desesperación.
Quisiera que mis almohadas pudieran abrazarme para no estar sola en este rincón,
quisiera poder cerrar los ojos y ya no sentir dolor.