La Cannabis sativa, también llamada cáñamo o marihuana, es una especie herbácea de la familia Cannabaceae. Es una planta anual, dioica, originaria de las cordilleras del Himalaya, Asia.
Se ha cultivado desde tiempos históricos por las diferentes utilidades que se le han encontrado, así como como fuente de fibra textil, para extraer aceite de las semillas, como planta medicinal, existen registros escritos sobre este uso que datan de 2737 a. C. y claro como psicotrópico.
Se puede aprovechar cada parte del cáñamo y para poder explotarlo se ha propuesto la despenalización y así promover el uso del cannabis en México; ha habido avances en materia legal de forma progresiva y, si bien aún falta mucho camino por recorrer para aprovechar al máximo el potencial que representa esa industria, es importante hacer la diferenciación entre los usos del cannabis la parte psicoactiva de la no psicoactiva.
La industria plantea la regulación diferenciada y orientada hacia el cáñamo o hemp que permitiría detonar una importante cadena de valor con base en la ciencia y en la tecnología, para fortalecer la industria medicinal y fomentar los usos de su semilla: como alimento, incluyendo el pecuario, así como aceites, tintes, resinas, lubricantes; en fibra como textiles, celulosa, bioplástico, papel; o para combustible, como el etanol. Esto representaría: generación de empleos, ingresos fiscales para el gobierno y oportunidades de desarrollo para las comunidades dedicadas al campo.
Ahora bien, les presentamos las diferencias que son muy simples.
Por un lado, están aquellas variedades del cannabis psicoactivo (marihuana) que presentan un contenido de más del 0.3% de THC y menos concentraciones de cannabidiol (CBD) que son de uso adulto.
Por otro lado, se encuentra el cáñamo (hemp) no psicoactivo, que es la parte de la planta que se emplea a nivel industrial, medicinal, alimentario, entre otras aplicaciones, misma que posee una concentración de 0.3% de THC o menos y mayores cantidades de CBD.
Según un análisis de “The Global Cannabis Report”, publicado por Prohibition Partners
En diciembre de 2021, el mercado de la marihuana y sus derivados en el mundo generarán ventas por alrededor de 102,000 millones de dólares para el 2026. En ese mismo sentido, la empresa canadiense Xebra Brands ha indicado que México podría ser el principal productor del mercado estadounidense de cannabis esto debido a la ventaja industrial y la dimensión del mercado consumidor.
También en un reporte de Endeavor México en el que prevén que para 2028 el mercado cannábico nacional alcanzaría un valor de 2,000 millones de dólares, con 67% de la rama médica y 33% recreativo.
Y por otra parte el gobierno de México parece estar en la disposición de discutir la despenalización de la marihuana como parte de su estrategia de seguridad. Han declarado que existe un equipo multidisciplinario encargado de revisar la posibilidad de permitir el uso de “drogas no destructivas”.
Pero en la práctica aún no se ve el avance por lo que continua en suspenso el tema.
Pareciera que aún se preservan reservas de índole moral sobre regular los distintos usos del cannabis. Y eso enlentece el proceso de la legalización en México.
Eso es lo que hay en cuanto al gobierno, en el día a día la práctica común y el uso que se le da al cannabis, crea un clima de violencia y abuso de autoridad sobre la población que lo consume como parte de su recreación. Actualmente, somos el único país de América del Norte que criminaliza el cultivo del cáñamo industrial.
Continuar con esta situación impedirá que se detone todo el potencial económico y medicinal de esta planta. Se han encontrado propiedades antiinflamatorias, incluso para el dolor por lesiones nerviosas. Controlar las náuseas y los vómitos entre otras propiedades farmacológicas.