Te amé como nunca, pero ya ha llegado la hora,
La hora de que vueles a otro lugar menos lúgubre.
Te doy mis alas para que vueles si quieres,
Ya sé, están un poco maltratadas pero créeme
serás libre, eres rame, quizá por eso iluminaste
el oscuro callejón de mi alma, de la cual un día
debías hartarte y perderte y querer ir a una estrella supernova.
Puede,
Puede, quizá que en cada recoveco de mi interioridad
escuché algún eco de tu risa,
Puede, cada que coma un chocolate y lo sabore,
tenga el sabor de tu saliva y la textura de tus labios,
puede hasta que inhale tu aroma,
Puede, quizá que en mi soledad escuché tus pasos,
puede que quizá al leer aquellos libro y tocarlos se conviertan suaves
y más suaves, hasta el punto que crea que es tu piel,
Puede que en mi piel este tatuado tu nombre
o que en el reflejo de mi este una pequeña silueta tuya,
Puede, quizá que cuando escuché aquellas canciones
que solíamos cantarnos se conviertan en susurros tuyos de ‘te amo”,
puede quizá que simplemente no te olvidé, muy probablemente.
Quizá por eso mis manos temblaban cuando escribí esto.