Narrativa / Josué Ledesma

Un punto en la tarde

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Por: Josué Ledesma

Encontré el cadáver de un árbol que murió de pie.

Tilda guiaba. La niebla se convirtió en el camino. Mañana será un retoño de oyamel. Mediodía. Hace diez años pacté un amanecer con la presa. Hace veinte años fui niño y descubrí el camino del bosque. He sembrado tiempo en este lugar. Deseo escribir el frío que pasea entre los árboles y mi lengua.

Uno puede olfatear el aire petricor. Lo pruebo y me río, como quien descubre la miel y se embriaga. Aquí todo es y nada responde al mote de su bautizo. Un ave, por ejemplo, despega de entre la fronda hasta perderse detrás de la ceguera provocada por los cielos que refulgen y, al insecto que maldice el sol, la niebla lo devora junto a la grama y el espacio del monasterio. Pero el ave es silbido, la cabellera de los árboles desaparece recién nombrada, los cielos surgen de las fauces de un ser invisible. Del insecto nada queda.

 

Caminar el bosque, bañar la vida, alejarla del tiempo, del peso de la memoria. Misterio deambulante que limpia esta página, corazón y necedad e insistir y largarse y volver. Comienzo a pensar que la otra vida podría ser similar a una larga caminata, placentera, agua sin rumbo. Así sea.

 

Tilda se funde con las nubes a ras de la peña. Hemos llegado. Comienza a dibujarse un punto en la tarde. No distingo el arriba ni el abajo ni la procedencia de su brillo, canto monótono y agudo, aullido de otro tiempo, joya de la presa.

Tilda mira hacia un abismo, se acerca y lame mis dedos. El tiempo se agota, pronto será la noche. Nos vamos. Intento recordar el camino a ese tronco grisáceo y ancestro. El esfuerzo es vano, aquel árbol no existe, me digo. Nacemos fuego de las páginas de un libro inacabado. Tilda se acerca a un hilo de agua, remoja las patas y refresca su cuerpo. La carpa que improviso tambalea ante la fuerza que nace de raíces y monumentos.

Me gusta pensar que está viva, que la niebla es un dios vagabundo.

Gestor, docente y escritor. Es autor del poemario Cenicero (Malavida editorial, 2017, Pachuk´ Cartonera, 2da ed., 2019) y director en Ediciones Mestizas y Circuito: Intervención y Arte. Impartió el taller de escritura creativa en el Centro Cultural Regional de Real del Monte, Hidalgo. Ha publicado en revistas y suplementos como Los bastardos de la uva, El independiente de Hidalgo, Punto de partida y Círculo de Poesía. Becario Interfaz ISSSTE–Atemporalidades, Anacronismos y Emergencias. Co–editor del proyecto gráfico-literario Ocho entre ocho | Hidalgo: Crítica, crónica y comunidad, merecedor del estímulo del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC, 2019).

Josué Ledesma

(1987)

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